miércoles, 22 de noviembre de 2017

Resumen del Taller de Inteligencia Emocional I



El pasado sábado 18 nos reunimos alrededor de unas 30 personas en la Casa de la Cultura de Serracines para asistir a una formación de familias sobre cómo atender las necesidades emocionales de nuestr@s hij@s y las nuestras propias. Es decir, si somos capaces de atender primero a nuestras emociones y sabemos gestionarlas de forma eficaz nuestros hij@s aprenderán por imitación que las emociones son una reacción (química y física de nuestro cuerpo) y una respuesta (cada uno tiene la suya) a un suceso en el presente.








Ponente: Alessia Cresseri
A la pregunta del millón ¿Qué es la Inteligencia Emocional? Podríamos definirla como aquella inteligencia que, como tantas otras en el ser humano (inteligencia lingüística, lógica, visual, espacial, musical...), desarrolla las capacidades para gestionar de forma eficaz respuestas constructivas a nuestras emociones personales.
Y la segunda pregunta ¿Qué es Educación emocional? Es la formada por todos aquéllos agentes, entre ellos: maestr@s, familias, adultos y entorno que actúan en el entrenamiento de dichas capacidades.
Las cuatro emociones básicas son: tristeza, miedo, alegría e ira. Emociones que un bebé, en el vientre materno, es capaz de incorporar porque está conectado con la madre. Según algunos autores serían seis incluyendo el asco y la sorpresa que se desarrollan después del nacimiento, mientras que las cuatro básicas nacemos con ellas. 
La diferencia entre emoción y sentimiento es que razonando alrededor de una emoción, ésta se convierte en un sentimiento. El sentimiento es una construcción mental basada en las construcciones sociales y de nuestro entorno.  El sentimiento es extensible en el tiempo y la emoción es momentánea.
Ejemplos de sentimientos son el amor, el odio, la euforia... Lo interesante es observar cómo emoción y sentimiento están conectados en el tiempo. El sentimiento relacionado con la alegría sería la felicidad o la euforia y con la tristeza la depresión, el sufrimiento y el dolor. El dolor emocional si extiende en el tiempo se convierte en sufrimiento. Para no llegar a ello, lo observaremos, lo razonaremos y trataremos de buscar la causa para poder ponerle una solución.
Los niños crecen y van experimentando sensaciones por ejemplo la frustración. La imitación es la base del aprendizaje del ser humano y nuestr@s niñ@s van copiar cómo sentir, cómo gestionar este sentir y cómo responder a él, gracias a los nuestros. Copian de los educadores, de las familias y de su alrededor. Existe un hilo que une nuestros comportamientos y es ahí donde entra también el método educativo personal que copiamos de nuestros padres sobre limites, castigos, … solo La Conciencia es capaz de generar un cambio, por ejemplo, donde pensamos: “no repetiré con mis hij@s aquéllo que mis padres hicieron conmigo...”
Si añadimos nuestra propia inseguridad y la de una o dos generaciones antes, donde no existían los conocimientos necesarios, a la de nuestros padres y abuelos no veremos el planteamiento de un sistema educativo en casa coherente con sus propias emociones, simplemente actuaban según sus necesidades básicas. En tan solo unos años nuestr@s hij@s nos educarán a nosotros en otros campos.
La frustración:
Si nosotros le tenemos miedo a la frustración, nuestr@s niñ@s van a tenerle miedo a la frustración. Y esto, provoca parones generacionales y operando así nunca intentaremos cosas nuevas, ni buscaremos ayuda, ya que salir de nuestra zona confort nos cambia la pieza del puzzle de nuestra “plantilla del día a día” y preferiremos dejar las cosas como están. Este tema de la frustración, es de vital importancia ya que tiene que ver mayoritariamente con la Autoestima.
Podríamos preguntarnos ¿Por qué hay tres emociones negativas (tristeza, miedo, ira) y solo una positiva (alegría)?
La respuesta más adecuada sería que la emociones no son ni negativas, ni positivas. Las emociones simplemente son. Están ahí para ayudarnos a crecer y son herramientas de aprendizaje de los límites de uno mismo, es decir de autoconocimiento personal. Son útiles y se valoran por su utilidad, no son buenas ni malas. La palabra emoción etimológicamente viene del latín emotĭo, que significa "movimiento o impulso", "aquello que te mueve hacia".
Por lo tanto la emoción nos lleva hacia un aprendizaje, por eso no vamos a juzgarlas como “buenas o malas” ya que estos conceptos son muy subjetivos, dependiendo de nuestra cultura y educación y van a condicionarse a sí mismas, ya que algo “bueno” si es en exceso puede volverse “malo” y algo potencialmente “malo” podría volverse “bueno” cuando analizando las causas influye en una solución para aprender. Por lo tanto a las emociones las designaremos en todo caso como constructivas o destructivas para nuestro aprendizaje. Y nos preguntaremos cuál es la utilidad de lo que le propongo a mi hij@.
El Miedo:
¿Para qué me sirve el miedo? Para empezar, hay varios tipos de miedo. Existe un miedo muy profundo que es el instinto de supervivencia. Pero hay otros tipos de miedos a los que nos enfrentamos a diario. Por ejemplo, aquél que nos sirve para superarnos a nosotr@s mism@s que va unido a otras cualidades como el valor y al coraje. No es de extrañar que todas las demás emociones vayan a ser producto de esta misma, el miedo. Si nos enfadamos y buscamos bien, posiblemente la causa sea el miedo, si estamos tristes por algo, si nos frustramos, si estamos inseguros de algo, al final, indagando en ellos llegaremos a un miedo interno y personal. El miedo del día a día, a que nos echen del trabajo, a no ser “buenos padres”, a una calle muy transitada por coches...
Pero en general el miedo nos sirve para aprender nuestros propios límites como seres humanos. Se trata de una “emoción raíz” como el amor. Donde hay amor no hay miedo y donde hay miedo no hay amor. Esta es la base de todas la emociones. Así, la apoteosis de la felicidad en su base es el amor.
Según los estudios e hipótesis actuales, como la inteligencia emocional aplicada a la medicina, a la educación, a muchas otras materias... nos permite reconocer los comportamientos que podemos tener con nosotros mismos y si lo relacionamos con nuestros miedos podemos ir a buscar cuál es la razón porque me he enfadado hoy con mi hij@, cuando en realidad me quería enfadar con mi jefe.
Si yo se que en la base de todos mis enfados hay miedo buscaré cómo solucionarlo, en lugar de reprimirlo, y aparentar delante mis hij@s que no pasa nada. El miedo al castigo, hay niñ@s que simplemente hacen todo lo que se les dice porque tienen miedo a que si no lo hacen, les castigan.

Los temas de investigación en Inteligencia emocional no han sido reconocidos, ni por gobiernos, ni por sistemas educativos, hasta estos últimos tiempos donde varias escuelas están empezando a trabajar este área.

Pero ¿Por qué es tan importante en el campo educativo la parte emocional del ser humano? A nivel social y a nivel personal, porque los pensamientos son procesos que generan emociones y si las descuidamos y se acumulan, llegará un momento en el que estallen dentro de nosotr@s. Si nos enfadamos un día, y al otro, y una semana y no nos desahogamos, un día por cualquier comentario inocente explotamos, ese mínimo comentario sumado a todo lo que no ha me ha complacido en varios días ejerce en nosotr@s una reacción desmesurada y fuera de control. Las emociones se acumulan y se contagian (actúan como neuronas espejo) Si sonreímos a nuestr@s hij@s ell@s sonríen, si nos enfadamos con ell@s, se enfadan. A no ser que le pongamos conciencia.

Por lo tanto es preciso entender que las emociones descuidadas se acumulan y si se repiten crean sentimientos que a su vez generan creencias. Nos convencemos de cosas que nos hacen creer otras a raíz de lo que sentimos y reaccionamos como si fueran verdad, por lo que finalmente las estamos generando nosotr@s. Si cambiamos nuestros pensamientos, cambiamos todo el proceso. En el caso de los niñ@s cuando están en un berrinche tratamos de inducirlos a que jueguen o miren un cuento, distrayendo su atención sobre la rabieta para que no entren en bucle (la distracción en este caso es una herramienta, no una solución), pues igualmente nosotros podríamos autoinducirnos esos cambios para que nuestros pensamientos no generen emociones destructivas. De este campo, se encarga de forma experimental, la llamada Descodificación Biológica (inteligencia emocional aplicada a la medicina) trabajando en el proceso inverso al tratamiento de los síntomas, buscando las causas emocionales de los mismos.

Hasta aquí la entrada de hoy. Para la próxima continuaremos con:

Las Etapas del desarrollo emocional en los niñ@s.

Y hablando de niñ@s, los que tuvimos que traer a los nuestr@s, se quedaron encantad@s con las actividades propuestas por Chachipiruli Ajalvir. Hicieron un marco en forma de estrella, decorado para el árbol de navidad. Dos mascotas de globoflexia y se lo pasaron en grande con los juegos que habían organizado para ell@s


 

Como siempre agradecer a nuestr@s colaboradores, RiE, Casa de La Cultura Serracines, Asociación de Mujeres La Casita del Pueblo Serracines y Chachipiruli Ajalvir su participación en este evento y a las familias su asistencia.

                                                                                                                             




Abi S. Wall