viernes, 7 de septiembre de 2018

Un Cole de Colores




Bienvenid@s a la nueva temporada del curso anual 2018-2019. Este año empezamos con energías renovadas y con la cariñosa acogida de un colegio que se ha vestido de colores. 

Para sorpresa de muchas familias y estudiantes, en su primer día de colegio se han encontrado con un regalo ante sus ojos: la extensa valla del colegio ahora ¡es de colores!

Éste es un agradecimiento muy especial a todas las familias implicadas en este proyecto por su esfuerzo, esmero y buen humor al completar dicha tarea, que nos ha llevado todo el verano. 

La verdad es que han sido unas tardes divertidas y fuera de lo común. Hacia las 19h cada semana de este largo período estival nos acercábamos al colegio con nuestras mochilas cargadas de ilusión. El agua, los refrescos y buena música cortesía del Ampa y maravillosamente gestionada por nuestro tesorero y secretaria animaban el caluroso escenario. Todo ello hacía que el ambiente vivido esas horas, en compañía de las demás familias, con nuestras charlas y conversaciones divertidas, que la jornada fuera un agradable paseo al sol y a la sombra (mucho mejor).  

También hay que agradecer, como no, a sus protagonistas, las niñas y los niños que han venido acompañando a sus madres y padres en este cometido,  pues ell@s han disfrutado más que nadie de colorear con "brocha gorda" su trocito de valla. Va por tod@s vosotr@s: 


¡Enhorabuena!


Agradecemos los litros y litros de pintura que el Ayuntamiento nos ha ido proporcionando de forma puntual. Y al colegio su disponibilidad para desarrollar esta actividad tan gratificante. 

Durante estos meses, hemos educado en la experiencia, hemos creado comunidad, hemos unido familias y lo mejor de todo, ¡lo hemos pasado en grande!

Que disfrutéis esta nueva etapa. Un camino que podemos recorrer junt@s si os apetece.


Recibid un gran saludo lleno de afecto y color :-)








domingo, 18 de marzo de 2018

Taller por un Entorno Respetuoso. Prevención Acoso Escolar y en el Hogar.


Estimadas familias:


En primer lugar, el pasado día 3 de marzo tuvimos la suerte de contar con profesionales como Sergio Carneros y nuestra querida cooperante Carmen Muñiz, los cuales, a través de dinámicas activas, nos introdujeron en nuestros propios parámetros de autoconocimiento y prosiguieron con técnicas sobre cómo conseguir un entorno respetuoso. Todo ello fue posible gracias a la dedicación altruista de la organización de la AMPA de Serracines con la colaboración de RIE. Somos conscientes de que se trata de un tema delicado, no fácil de abordar y aún así, fuimos un buen número de participantes y, lo más importante, con predisposición y entusiasmo por mejorar y poner de nuestra parte. ¡Gracias a tod@s los que lo habéis hecho posible!

En segundo lugar, desde RiE (riedu.org) nos han enviado un resumen para que os sirva de referente y recordatorio de los diferentes conceptos que se trataron (ver más adelante). También, poner a vuestra disposición el artículo con el que comenzamos la formación "Cuando descubres que tu hija es el maltratador: el hilo sobre el bullying que nos hace reflexionar". Quizá os parezca interesante tenerlo y poder compartirlo con otras personas que no tuvieron la oportunidad de compartir el taller aquel día con nosotr@s. Como ya se mencionó en los textos de agradecimiento de la página de facebook, nuestros niñ@s estuvieron perfectamente atendidos y divertidos gracias al acompañamiento de Tamara y Alfonso.



Pocas veces nos paramos a pensar cuáles son las circunstancias en las que los niñ@s se desenvuelven para sentirse integrados. Siempre han existido los ambientes de poder y violencia. 

Desde los Reyes a los campesinos: donde la opresión de la monarquía hacia el campesinado introducía patrones de miedo y estrés, así como ciertas leyes, el ejército, los castigos, provocar su empobrecimiento, denotando superioridad y falta de educación hacia al otro, torturas, sobornos, etc.
Desde los países desarrollados del norte a los de la periferia económica: mediante estrategias económicas impulsando su pobreza, más leyes, violencia, ejército, armas, negación de derechos fundamentales, fabricas de explotación, escasez del acceso a recursos, contaminación... Les imponemos nuestra cultura y no dejamos que la suya se desarrolle. 

Desde los jefes a los trabajadores: con poder e imposición de salarios y recortes, inculcando miedo y humillación...
De hombres a mujeres: sueldos menores, violencia física y cultural, miedo, fuerza, intimidación, menor educación, dependencia... 

De adultos a niños: dinero, estado físico y de desarrollo, castigos.
De gente de piel blanca a gente de piel de color: relación, miedo, exclusión… De humanos a animales y un sin fin de ambientes y resulta que también de niñ@ a niñ@ existen estas sucesiones de poder pero no porque haya un niñ@ encima de otr@ sino porque están viendo culturalmente eso y saben que existe el poder sobre otr@s y ell@s simplemente quieren saber dónde se posicionan. Con lo cual gracias a nuestra sociedad y cultura, tal y como la hemos llevado a cabo se está presionando al niñ@ de alguna manera u otra para que se posicione.
Cuando viene un niño a contarnos algo, puede que haya un caso ahí de bullying, pero como no le escuchamos bien, porque “no tengo el tiempo”, o no sabemos qué necesita, por lo general le damos un consejo no válido o le quitamos importancia al asunto. En este momento es donde nos damos cuenta de que algo sucede y nuestra mejor labor en ello sería aplicar la escucha activa. Solo tenemos que escuchar su necesidad, solo ver qué es lo que necesita y solo le vamos a dar consejo si nos lo pide. La escucha activa no es dar nuestra opinión, no es hacer juicios, la escucha activa es: prestar atención al otro para ver lo que necesita. Aquí tenéis un resumen explicativo.
Nosotr@s tomamos decisiones según nuestras creencias. Si creo que “he hecho algo mal” tengo dos opciones: 1. esconderlo o 2. declararme culpable. Los niñ@s también toman decisiones en base a “sus creencias”, son las que nos llevan a relacionarnos de manera negativa como puede ser el bullying porque para sentirnos más valorad@s hacemos tal o cual cosa (incluso si no sabemos que estamos molestando a alguien).
Por ejemplo, pegar a un compañer@. Un@ genera esa creencia y se cree que por pegar va a ser más fuerte y mejor valorado por los demás. Y esa creencia se genera porque los niñ@s buscan conectar, ser reconocidos, pero no saben expresarlo. Los niños que son acosadores necesitan pertenencia. El acosador percibe que es “bueno” acosar porque es bueno para él y tiene esa creencia, es una manera de intentar pertenecer al grupo, de adaptarse a la sociedad, a lo que ve, somos máquinas de adaptación. Y la herramienta que nosotr@s podemos ofrecerle a ese niñ@ es la escucha activa. Los niñ@s están viendo y viviendo figuras de violencia social, en la televisión, en youtube, en el barrio, en casa, no sólo en el colegio, y es allí es donde tienen mayor expresividad para “mostrar o demostrar” su pertenencia. De niñ@ a niñ@ es fundamental trabajar la escucha activa. Al trabajar esta herramienta se genera EMPATíA y eso hace que nos pongamos en lugar del otr@. El niñ@ que no escucha no puede ser empátic@.
Sergio siguió su exposición con algo que debemos tener como la clave para entender nuestro comportamiento y el de nuestros peques: el Funcionamiento del Cerebro. Cuando nace un niño las estructuras que tiene son las más básicas, hambre sueño, necesidad, dolor, etc. Lo primero que hace el cerebro es atender a la supervivencia, es el cerebro reptiliano que no se va, se mantiene siempre, nos ha dado la vida y es nuestro instinto básico de supervivencia. Después hay otra parte que son las emociones más básicas, por ejemplo el miedo, ya que los niñ@s reaccionan al experimentar sentimientos y emociones, como el apego a la mamá. Más adelante se produce el desarrollo de la corteza cerebral ahí se centra el lenguaje, el pensamiento, caminar. Y finalmente el desarrollo cerebral más alto, a partir de los 25 años, como puede ser pensar sobre los propios pensamientos, emociones, comunidad global, cómo se siente el otro. A un nivel muy alto de empatía donde se encuentra el cerebro integral.
Tod@s deberíamos preguntarnos ¿Cuál es nuestr@ momento integral del día? Cuando un cerebro “se destapa” por falta de integración y sale lo más instintivo, por ejemplo, cuando el despertador no suena, un frenazo, un accidente, para poder reaccionar de forma constructiva, el cerebro necesita estar integrado. Cuando llegamos a casa exhaustos de tanto trabajo y nuestr@ pequeñ@ solo quiere saltar encima de nosotr@s, que juguemos con él/ella, que le prestemos toda nuestra atención, pero ya es tarde, tendría que estar en la cama y aún los juguetes sin recoger y la ropa del día siguiente sin preparar o su mochila o aaahhhhggg!! y de repente nos encontramos “tirándonos de los pelos”, irritables, enfadados, imponiendo órdenes a nuestr@ hij@ para que haga lo que nosotros creemos que tiene que hacer nos estamos convirtiendo en = cerebro destapado ≠ cerebro integrado.
Pues bien, para poder entender y comprender al niñ@ deberíamos de optar por respirar y tranquilizarnos, es decir, integrar nuestro cerebro y encontrar nuestr@ momento “zen” que puede durar dos minutos, quince o una hora. Que deberemos de pedir a nuestra pareja o familiar así como a nuestr@s hij@s este “momento nuestro” o encontrarlo dentro de nuestra de rutinas, antes de dedicarles verdaderos momentos de calidad única y exclusivamente para ellos sin tecnologías, sin cenas que se queman, sin lavadoras que se terminan, sin estar ejerciendo ningún otro tipo de actividad simultánea. En una pelea se activa nuestr@ instinto de supervivencia, no podemos ir a un bar y separar a dos que se pelean “hablando” y “diciéndoles que por favor hagan las paces y se den dos besos”. Primero tendrán que dejar de pelear, ir al rincón, beber agua, respirar y tranquilizarse para poder entablar una conversación.
Para educar con tranquilidad y hablar con nuestros niños de forma tranquila se activan lo que se conoce como neuronas espejo, de las que ya se hablaba en el post anterior. Si estás enfadado el contrario se enfada, si estás gritando tu interlocutor grita más, si estás relajado el oyente se relaja.
Lo mejor es optar por ir a tranquilizarse y luego hablar cuando estén bien. Ayudar a que el niñ@ se ponga a nuestro nivel. Podremos, en niñ@s pequeñ@s, desviar el tema hacia otros pensamientos para intentar calmar sus actitudes. Les preguntaremos ¿Qué necesitas? Este tipo de preguntas hacen que un@ vuelva a sí mismo y cambia la perspectiva de lo que se quiere transmitir.
Contaremos primero con el funcionamiento cerebral, podemos leer más sobre este tema con el libro del Dr. Siegel El cerebro del Niñ@.

Hablaremos con nuestra familia, parejas, abuelos e incluso los niñ@s para que sepan lo que queremos aplicar.
Si un niño está nervioso podemos crear un rincón de la tranquilidad. Investigaremos con qué cosas está tranquilo: cuentos, bote la calma, música suave … y ellos mismos sabrán en qué momento pueden ir a ese rincón para que ellos entiendan que están en ese estado de “destape”. Cuando estamos nerviosos acudimos a las alternativas. ¿Que te gustaría hacer cuando estás nervioso? Daremos opciones: salir a pasear, rincón de la calma, cuento... Cada adulto necesariamente ha de saber qué necesitamos para estar calmados, respiración profunda, ir al baño, mindfulness, para poder disfrutar juntos con nuestros hij@s al mismo nivel. Los niños por lo general están en "modo" instinto de supervivencia y emociones no gestionadas. A todos los cerebros les encanta estar así, instalados en plataformas emocionales de enfado, rabia, ira... La gente que está ahí, tiene que cambiar muchas cosas para poder integrarse.
Intentaremos aplicar nuestras herramientas sin agobiarnos. Nunca vamos a disponer de tiempo. Basados en eso, el tiempo que tenemos para pasar con ellos tiene que ser calidad, y ponernos a la altura del niño. Dar tiempo para que nuestr@ hij@ se exprese, en la espera es cuando empiezan a contarnos cosas, es el tiempo de calidad a dedicar a cada uno. Los adolescentes necesitan mucho más, pero que sepan que como adulto estás ahí. Antes de hablar con cualquier persona que exista un momento de conexión para identificar qué necesita. Que entienda que nosotros tenemos el tiempo para escuchar activamente. Lo mejor es no agobiarse con llegar a lo “super ideal”. Reconocemos que no tenemos tal habilidad, y buscamos la herramienta y la entrenamos. Todos estamos en este trabajo, partimos de unas experiencias de las que no tenemos habilidades. Nos cuesta quitar los patrones del pasado.
Los límites los ponemos los padres. De forma tajante, tener los límites claros le da seguridad al niño. Si no existe el límite, en situaciones de estrés sería un caos. Y las normas las ponemos entre todos todos en casa, son para nuestra convivencia. Mejor pocas normas y celebrar que “estamos cumpliendo la norma”.
¿Cómo crear confianza? La confianza tiene que irse generando, que sienta que cuenta con alguien, que conecte.
¿Cómo crear niños empáticos? Si son capaces de reconocer sus emociones.
No se trata de cómo subir la autoestima, si no de cómo no dañar la autoestima. Cuidarla. Aceptar las diferentes opiniones.
El Amor incondicional es clave, pase lo que pase el amor con nuestros hijos no desaparece nunca. Puede no gustarnos algo pero no van a perder nuestro amor por ellos. Nunca tiene que estar en duda.
Firmeza y amabilidad. El lenguaje no violento, hablar poco para poder controlar lo que digo. Aplicar el sentido común. Aceptación. Predisposición hacia el cambio. Cuánta más predisposición haya mejor. La clave es mirarse dentro cambiar uno mismo para poder ver cambios en el entorno. Conocer y reconocer nuestros miedos y nuestras flaquezas.
Nos falta crear comunidad, hacer red y escuchar. Necesitamos ser escuchados y ser parte de una sociedad. Desde el bulllying hasta otros problemas psicológicos preguntaremos ¿qué necesitas? Cuéntame y simplemente dejar que hable la otra persona.
Hacemos muchas cosas de forma inconsciente. Los niñ@s aún más. Cuando llegamos a tener consciencia de cómo y por qué hemos actuado de tal o cual manera disponemos de mayor apertura para utilizar y entrenarnos con las herramientas que elijamos para corregirnos a nosotros mismos. Cuando gritamos a alguien, nos gritamos a nosotros mismos, cuando pegamos a alguien nos pegamos a nosotros mismos (eso sólo provoca violencia en el otr@), cuando culpamos a alguien nos culpamos a nosotros mismos.
Muchas veces somos conscientes de lo que nos gustaría para ser una “familia ideal” pero no disponemos de las habilidades para lograrlo. Y el problema surge cuando uno sabe lo que no quiere ser para su familia pero no sabe cómo conseguir hacer lo contrario. Al pasar a ser conscientes y tener habilidades, buscamos talleres y herramientas y debemos entrenar mucho para lograr nuestras pequeñas metas.
Partiremos sin culpas en este nuevo camino porque antes era inconsciente. Y tratamos de encaminarnos y encaminar a otr@s para que les vaya bien a largo plazo. Nos adaptamos a todo. Cuando ya somos conscientes, no podemos “dejar pasar “ el caso cuando lo vemos. Mucho ánimo y culpas fuera.
Abi S. Wall